Bogotá, 16 de julio de 2025. La Fundación Juntos Se Puede celebró con orgullo la graduación de 39 emprendedores que culminaron exitosamente la quinta cohorte del programa «Sé un Emprendedor – Nivel 1», una iniciativa de formación diseñada para fortalecer habilidades empresariales, impulsar ideas de negocio y promover la autonomía económica.
Durante un proceso formativo que se extendió del 22 de mayo al 14 de julio de 2025, los participantes completaron más de 40 horas de capacitación distribuidas en 11 sesiones presenciales, donde trabajaron en el desarrollo de competencias clave para emprender con propósito y sostenibilidad.
El programa abordó una ruta formativa que incluyó temas fundamentales como:
Elevator Pitch
Creatividad e Innovación
Cámara de Comercio de Bogotá y formalización
Propuesta de valor
Costos y estructura financiera
Estrategias de ventas
Lean Startup
Construcción de marca y marketing digital
La V Cohorte se caracterizó por una alta participación, compromiso y diversidad de ideas emprendedoras que reflejan el talento y la resiliencia de nuestra comunidad. Este logro representa un paso más en el compromiso de la Fundación Juntos Se Puede con el fortalecimiento del tejido social y económico, brindando herramientas prácticas y acompañamiento a quienes desean construir una vida mejor a través del emprendimiento.
La Fundación Juntos Se Puede agradece a todos los aliados, formadores y participantes que hicieron posible esta cohorte, e invita a quienes sueñan con emprender a estar atentos a próximas convocatorias.
Guayaquil, Ecuador, julio de 2025 – Una adolescente venezolana de 17 años fue sometida a una esterilización (ligadura de trompas) en 2020 en un hospital público de Guayaquil bajo un consentimiento que estaba viciado, según determinó la Corte Constitucional ecuatoriana, que calificó la acción como violencia obstétrica.
Durante el parto, el personal médico le comunicó que debía esterilizarse para evitar su muerte en un eventual segundo embarazo, debido a su diagnóstico de preeclampsia. La menor firmó el consentimiento mientras estaba anestesiada, sin tiempo ni plena comprensión de lo que autorizaba.
La Corte Constitucional concluyó que el hospital ejerció presión indebida y omitió garantizar el consentimiento libre, informado y voluntario. Además, mantuvo retenida a la paciente tras el alta médica y le restringió el contacto con su familia.
El hospital admitió que no proporcionó información suficiente, causándole «sufrimiento y angustia», y ofreció disculpas públicas. Asimismo, reconoció que se vulneró la dignidad y autonomía de la adolescente.
La Corte ordenó al hospital:
Indemnizar a la adolescente con 15.000 USD,
Emitir disculpas públicas,
Investigar y sancionar al personal involucrado,
Capacitar a su personal en salud sexual y reproductiva,
Al Ministerio de Salud, actualizar normativas y manuales para prevenir violencia obstétrica.
Además, dispuso que la Fiscalía investigue los hechos al considerar que el consentimiento estuvo viciado y hubo violación estructural de derechos fundamentales.
Por Comunicaciones Fundación Juntos se Puede. Basado en el reportaje original de France24
Regresar al país de origen no siempre significa un final feliz. Para muchos migrantes, volver a casa puede ser incluso más difícil que haber partido. Así lo revela el programa Migrantes de France24, en un reportaje titulado “Volver a casa, ¿más difícil que emigrar?”, publicado el 9 de julio de 2025.
El especial expone cómo el retorno, lejos de ser un proceso sencillo, suele enfrentarse a profundas barreras emocionales, sociales y económicas. Después de años fuera, muchos regresan a un país que ha cambiado… y en el que ellos también ya no se sienten los mismos.
El regreso: más que un viaje físico Muchos migrantes que han decidido regresar a sus lugares de origen se encuentran con la dura realidad de que reintegrarse no es fácil. Reencuentros familiares marcados por el tiempo, comunidades que también se han transformado y oportunidades laborales limitadas son solo algunos de los retos.
A esto se suma el impacto emocional: una sensación de no pertenecer completamente ni al país que los acogió ni al que los vio nacer. El duelo migratorio no termina con el regreso, y la falta de apoyo institucional agrava aún más la situación.
Una historia repetida en distintas fronteras El reportaje recoge testimonios de personas que regresaron voluntariamente o fueron deportadas, desde América Latina hasta Medio Oriente, y destaca cómo en muchas ocasiones el retorno no es una elección sino una necesidad. Sin redes de apoyo, políticas públicas efectivas ni programas de reintegración, muchos migrantes se sienten abandonados.
¿Qué se puede hacer? Esta realidad plantea un desafío urgente: pensar en políticas de retorno que no se limiten a la repatriación, sino que acompañen a los migrantes en todo el proceso de reconstrucción de sus vidas. Porque volver a casa no debería significar empezar desde cero, ni mucho menos vivir una segunda migración en silencio.
Fuente: Reportaje “Volver a casa, ¿más difícil que emigrar?” del programa Migrantes, publicado por France24 el 9 de julio de 2025. Disponible en: https://www.france24.com/es/programas/migrantes/20250709-volver-a-casa-m%C3%A1s-dif%C3%ADcil-que-emigrar
Redacción basada en información de La Nación Paraguay
Asunción/Bogotá, 19 de junio de 2025 — La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) situó a Venezuela como el país que más refugiados y personas en busca de protección internacional genera a nivel global, publicó La Nación de Paraguay.
Según el informe citado, Venezuela acumuló al cierre de abril de 2025 cerca de 5,9 millones de personas que requieren protección internacional, de las cuales alrededor de 370.200 contaban con el estatus de refugiados. Esta cifra supera a países tradicionalmente en crisis como Siria y Afganistán.
La mayoría de los refugiados venezolanos permanecen en América Latina, con Colombia al frente en acogida, seguida por Perú, Brasil, Chile y Ecuador. ACNUR destaca que el 97 % de ellos reside en países de la región, manteniéndose cerca de su entorno geográfico.
El impacto regional continúa creciendo: más de 6,7 millones de venezolanos viven en América Latina y el Caribe como migrantes o refugiados, de los cuales aproximadamente el 53 % enfrenta barreras para acceder a servicios básicos como salud, educación y empleo formal. ACNUR e IOM han destacado la urgencia de fortalecer procesos de integración, regularización y estabilización socioeconómica .
Según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), al menos el 56 % de las personas migrantes que transitaban México en 2023 reportaron haber sufrido algún tipo de abuso en su trayecto hacia Estados Unidos. Las formas más frecuentes de violencia incluyen:
Robos, afectando al 27 % de las víctimas
Extorsiones, presentes en el 17 % de los casos
Amenazas físicas o intimidación, en el 15 % de los encuestados.
Estas cifras reflejan que recorrer México de forma irregular implica riesgos comparables a cruzar zonas peligrosas como la selva del Darién.
El monitoreo se basó en entrevistas realizadas a más de 15.000 migrantes provenientes de distintas nacionalidades, incluyendo un 17 % de venezolanos . Las mujeres, en particular, enfrentaron niveles alarmantes de violencia sexual: según MSF, el 22,5 % de las migrantes mujeres fueron acosadas sexualmente durante su paso por México, el 12,8 % padeció relaciones sexuales no consentidas y un 10 % fueron forzadas a intercambios sexuales.
Además, el contexto de violencia y abusos se profundiza por la presencia de redes criminales y agentes corruptos, ya que México se ha convertido en escenario habitual de secuestros, trata de personas, y explotación por cárteles y traficantes .
La suma de estos hechos compone una crisis humanitaria: muchos atraviesan el país con temor constante, sin acceso a rutas seguras ni protección. ACNUR y organizaciones como MSF y el Consejo Noruego para Refugiados insisten en fortalecer urgentemente los sistemas de asilo y protección, así como implementar mecanismos más seguros para las personas en tránsito.
Redacción basada en el reportaje de Isaac Vargas para RFI
En medio de una ciudad donde el fútbol domina la escena deportiva, el béisbol emerge como un espacio de encuentro y esperanza para cientos de migrantes venezolanos en la capital colombiana.
Según el reportaje sonoro “Llegando a Home”, producido por Isaac Vargas —ganador del Premio Reportaje RFI en Español y estudiante de la Universidad de los Andes—, el Estadio Distrital Hermes Barros Cabas, situado al occidente de Bogotá, se transforma cada fin de semana en un refugio comunitario. Allí, peloteros venezolanos se reúnen para entrenar, socializar y conservar un vínculo emotivo con su tierra natal.
Uno de los protagonistas es Osiel Morales, un joven receptor de 17 años que llegó junto a su familia hace tres años. Él relata que el béisbol lo ayudó a “sentirse en casa” en un entorno inicialmente hostil. El entrenador Yilfran García, exjugador profesional también proveniente de Venezuela, destaca la falta de visibilidad para talentos de la liga local, dificultando su proyección hacia las grandes ligas.
Vargas, en su tesis “Llegando a Home: el diamante venezolano en Bogotá”, explora cómo este deporte, minoritario en una ciudad futbolera, se convierten en territorio simbólico de integración y pertenencia para la diáspora venezolana .
La iniciativa no solo ofrece un espacio deportivo, sino que también representa una red de apoyo colectiva. Familias migrantes, niños y entrenadores encuentran en el béisbol un medio para mitigar sentimientos de soledad y desemparo, a la vez que revitalizan su cultura en el exilio bolivariano.
El evento estuvo marcado por la participación de organismos como la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (SISBEN), Migración Colombia y varias entidades del sector salud, como Coosalud y Capital Salud
El miércoles 27 de noviembre, la Fundación Juntos Se Puede llevó a cabo con éxito el segundo »Festival Una Sola Nación», un evento orientado a la atención de la comunidad migrante venezolana en Bogotá. La jornada, que contó con la colaboración de diversas instituciones nacionales e internacionales, superó las expectativas tanto en la cantidad de personas atendidas como en la diversidad de servicios ofrecidos. Un total de 1.225 migrantes venezolanos pudieron acceder a una variedad de trámites, orientación y asistencia directa, contribuyendo significativamente a su inclusión social y regularización en Colombia.
El evento estuvo marcado por la participación de organismos como la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (SISBEN), Migración Colombia y varias entidades del sector salud, como Coosalud y Capital Salud. Estos aliados estratégicos contribuyeron a ofrecer una atención integral, abordando tanto las necesidades administrativas como sociales y de salud de la población migrante.
En palabras de Ana Karina García, directora de la Fundación Juntos Se Puede: “Como organización de la sociedad civil, nuestro principal objetivo es registrar a los migrantes y presentar al gobierno colombiano cifras claras sobre cuántas personas aún carecen de documentación. Este evento es solo un paso más en la lucha por la regularización de los migrantes venezolanos. Necesitamos que se abran nuevos canales de regularización para garantizarles el acceso a sus derechos y permitirles vivir con dignidad en Colombia».
La jornada también fue una oportunidad para que Migración Colombia proporcionara asistencia personalizada. Según Ángela María Martínez, coordinadora de Migración Colombia: “Entre los servicios ofrecidos en el evento se incluyeron la entrega de documentos, correcciones, duplicados y atención personalizada a los migrantes, lo que permitió resolver incidencias que afectaban su estatus migratorio. La respuesta de la comunidad fue muy positiva, y pudimos superar las expectativas en cuanto a la cantidad de personas atendidas».
Un aspecto destacado del festival fue la atención proporcionada por el SISBEN, cuyo personal facilitó la clasificación de los migrantes venezolanos en el sistema de identificación de beneficiarios de programas sociales. Esto les permitió acceder a recursos y servicios públicos esenciales como salud, educación y asistencia social, contribuyendo a su integración efectiva en la sociedad colombiana.
Asimismo, las entidades del sector salud, como Coosalud y Capital Salud, desempeñaron un papel fundamental durante la jornada. Estas instituciones ofrecieron la posibilidad de afiliar a los migrantes al sistema de salud colombiano, resolviendo dudas sobre cobertura y acceso a servicios médicos.
Más allá del éxito de esta jornada, la Fundación Juntos Se Puede sigue trabajando para que la población migrante venezolana en Colombia obtenga una plena regularización. “Este evento ha sido un gran avance, pero nuestra lucha no termina aquí. Continuaremos alzando la voz por los migrantes venezolanos en Colombia, exigiendo su inclusión total en el sistema social y en la vida cotidiana del país. Es esencial que todos los migrantes puedan vivir con la seguridad de contar con una identidad legal y con acceso a los servicios que les permitan tener una vida digna”, afirmó García.
El festival ha subrayado, una vez más, la importancia de la colaboración entre organizaciones internacionales, autoridades colombianas y la sociedad civil para avanzar en la regularización e inclusión de los migrantes venezolanos. Esta jornada es un claro ejemplo de cómo la cooperación interinstitucional puede generar un impacto real en la vida de miles de personas que, a pesar de los desafíos, siguen buscando oportunidades para rehacer sus vidas en Colombia.
La Fundación Juntos Se Puede reafirma su compromiso con los migrantes venezolanos y continuará organizando actividades de apoyo para garantizar su acceso a servicios esenciales, promoviendo su integración en la sociedad colombiana y defendiendo sus derechos en todo momento.
Colombia inicia el 2024 con incertidumbres en torno a su política pública sobre la crisis migratoria venezolana. La realidad circundante y los escenarios que pudieran producirse en los próximos meses comportan no pocos desafíos para las instituciones de este país.
Desde la Fundación Juntos Se Puede, constatamos cómo se mantiene el flujo de migrantes venezolanos que ingresan a Colombia, ya sea con ánimo de permanencia o utilizando el país como territorio de paso para trasladarse hacia otros destinos. El año 2023 marcó lo que hasta ahora parece la finalización del programa estatal de regularización masiva plasmado en el Estatuto Temporal de Protección, el cual, a todas luces, constituye un ejemplo global de política pública a favor de la protección de los derechos humanos.
La situación actual de ausencia de un programa que permita la regularización migratoria para nada desalienta la voluntad de los venezolanos de buscar mejores oportunidades. Varios informes señalan que en Venezuela no hay ningún indicador de mejoría en la calidad de vida de las personas, y, por el contrario, se han incrementado los ataques al espacio cívico, la persecución y las violaciones sistemáticas de derechos, lo que constituye un factor determinante en la movilidad humana. Varios estudios indican que Venezuela se encuentra entre los países percibidos como más corruptos y con menos capacidades para combatir la corrupción[1]. Un informe reciente revela que en Venezuela, cerca del 70% de la población padece pobreza multidimensional.[2]
Análisis independientes y con criterio científico desmienten cualquier supuesta recuperación económica y social en Venezuela. Además, la crisis de servicios públicos, junto con la posibilidad de que no se celebren elecciones libres como correspondería en 2024, podría incrementar la salida de personas del territorio, muchos de ellos eligiendo a Colombia como destino. Cabe destacar que los mecanismos ordinarios de administración de la migración (visados, por ejemplo) no están al alcance de la población migrante venezolana, que en su mayoría ni siquiera tiene acceso a un documento de identidad (cédula o pasaporte).
La imposibilidad de lograr una fórmula de regularización migratoria incrementa exponencialmente la situación de vulnerabilidad de los migrantes, alienta dinámicas criminales y economías ilícitas que instrumentalizan a las personas. El tráfico de migrantes, la trata, las formas de trabajo indigno, la explotación sexual y el reclutamiento por grupos armados tienen en la irregularidad migratoria un factor criminógeno que actúa contra la sociedad colombiana y debilita el Estado de derecho.
Sirva la presente para alertar a la institucionalidad colombiana sobre la imperiosa necesidad de generar canales de atención a estas dinámicas de movilidad. Colombia es un Estado que se ha caracterizado por el respeto de la normativa internacional y por los esfuerzos a favor de la promoción y tutela de los derechos humanos. Esto requiere seguir apostando a la regularidad migratoria como un factor fundamental para la protección de los derechos de las personas, permitiéndoles generar aportes significativos para el desarrollo integral de este país que generosamente ha venido acogiendo a nuestra población.
Más de 2.870.000 ciudadanos venezolanos están inscritos en el Estatuto Temporal de Protección en el país, una iniciativa de la Cancillería que busca salvarguardar especialmente a aquellos migrantes en situación de vulnerabilidad. Además de proporcionar protección, el estatuto tiene como objetivo establecer beneficios para esta población. A continuación, se detallan algunas de las ayudas sociales destinadas a los migrantes venezolanos en el año 2024, junto con los requisitos y el proceso de solicitud:
Programa de Alimentación Escolar (PAE) y subsidio escolar
El Programa de Alimentación Escolar (PAE) y el subsidio escolar están destinados a niños, niñas y jóvenes de áreas rurales y urbanas inscritos en el sistema educativo público de Colombia. El PAE proporciona un complemento alimentario durante la jornada escolar y el subsidio escolar incluye refuerzo escolar, kit escolar, uniforme y movilidad escolar. Los solicitantes deben cumplir con ciertos criterios, como pertenecer a la población Sisbén IV en los grupos A, B o en los subgrupos C1 a C5. También se dará prioridad a grupos étnicos, víctimas del conflicto armado y residentes en zonas rurales.
Luego, hacer clic en ‘Matricúlate aquí’, selecciona la opción ‘Inscripción de beneficios de permanencia escolar’ y completa el formulario correspondiente. Este proceso asegura que los beneficiarios cumplan con los requisitos necesarios para acceder a los subsidios escolares, contribuyendo así a mejorar la calidad de la educación y la permanencia escolar de los estudiantes.
Oportunidades para los Nuevos Bogotanos
Integración Social del Distrito Capital, brinda una diversidad de servicios que abarcan áreas como educación, salud, asistencia social, empleo, vivienda, entre otras. Algunos de los servicios destacados incluyen:
Contacto entre el talento humano con las oportunidades laborales en Bogotá, junto con la Agencia Distrital de Empleo. Se podrá acceder a una oferta de trabajos que se maneja desde la Agencia en la capital. Para aplicar, deberá ingresar al siguiente enlace: bogotatrabaja.gov.co
Bogotá productiva local. Apoya micronegocios formales e informales, con mínimo un año de antigüedad. Con este programa se puede obtener recursos no reembolsables entre 1 a 3 millones de pesos, además de recibir formación con expertos.
Junto con el Instituto Distrital de Recreación y Deporte, se ofrecen varios servicios como torneos, juegos tradicionales, escuelas de formación deportiva y centros de Psicomotricidad.
Un estudio reveló que los migrantes venezolanos en Estados Unidos destacan por poseer una mayor formación universitaria, aunque esto no necesariamente se traduce en los ingresos más altos. Según la consultora Latinometrics, el 57% de los migrantes venezolanos adultos tiene un título universitario, siendo superados en ingresos por los migrantes argentinos.
Contrario a la percepción común sobre los europeos, Latinometrics señala que poblaciones hispanas, como los migrantes venezolanos, superan en términos de educación a grupos como los migrantes españoles. Además, destaca que la migración latina en EE. UU. no es homogénea y varía según la nacionalidad, siendo notables las diferencias entre los guatemaltecos-estadounidenses y los cubano-estadounidenses.
Aunque los ingresos de los venezolanos en EE. UU. son más bajos que los de otros grupos, la situación general de los latinos ha mejorado con el tiempo, independientemente de su país de origen, según el estudio de Latinometrics. Actualmente, hay más de 60 millones de inmigrantes latinos en EE. UU.