Un total de 25 mujeres migrantes, residentes en el Área Metropolitana de Cúcuta se formaron en Higiene y Manipulación de alimentos en un curso certificado por la Gobernación del Norte de Santander a través de la secretaria de la mujer y la casa de la mujer emprendedora, en una alianza establecida con la fundación Juntos se Puede.
A través de nuestro proceso de caracterización realizado a través del contacto presencial y telefónico con la población migrantes que habitan en el Área Metropolitana, pudimos conocer sus necesidades y de esta forma sumarlas a este proceso formativo, las participantes de este taller de 8 horas de formación y en el que aprendieron conceptos básicos, elementos necesarios para usar en cocina, preparación, procesado, correcto almacenamiento, venta, entre otros.
Hay estudios que demuestran que el manipulador de alimentos es el que interviene directamente como transmisor de enfermedades, por lo que es de vital importancia que el manipulador de alimentos esté bien formado y sea consciente de la prevención, razón por la cual decidimos brindarle apoyo a nuestras connacionales que desean emprender en el área gastronómica e incluirse de manera formal en la vida económica de Cúcuta.
Michell Pimentel quien fue una de las participantes aseguró que “este curso de manipulación de alimentos es una bendición para nosotras, sobre todo para quienes tenemos esta meta de emprender, mi caso personal por ejemplo” Michell es residente del Barrio Tucunare parte baja y se registró a través de nuestra plataforma web y allí dejo sus datos y posteriormente fue contactada por nuestro equipo.
También dentro de alianza la casa administrada por la Gobernación de Norte de Santander, a través de la Secretaría de la Mujer, pone a la orden de cualquier mujer migrante cómo acceder a la hoja de ruta de atención, con ayuda psicológica, social y legal, a todas aquellas que hayan sufrido algún tipo de maltrato o sean víctimas.
La crisis migratoria en Colombia es cada vez un problema mayor. En el país ya se albergan más de 1,7 millones de venezolanos, de los cuales, el 92% por ciento migró para mejorar su situación económica, según la encuesta Pulso de la Migración, publicada el pasado 14 de octubre.
De los venezolanos encuestados, el 58 por ciento tiene empleo, y de este grupo, la mitad llevaría más de un año desempeñando el cargo. No obstante, según cifras oficiales reveladas por ‘BBC’, el 90% de los migrantes venezolanos viven de la economía informal. Por otro lado, de acuerdo a la encuesta realizada por el Dane, el 95 por ciento de los migrantes aseguraron que no han recibido permisos para poder ejercer su profesión.
A su vez, el 12 por ciento aseguró que se encuentra buscando empleo.
De los migrantes que dijeron tener trabajo, el 66 por ciento aseguró no estar afiliado al sistema de salud de Colombia. Las causas principales, señalaron, son que no saben cómo hacer el proceso o que no pueden acceder a medicina subsidiada por el Estado.
Sobre el nivel educativo, se identificó que el 25 por ciento alcanzó solo la primaria, el 52 por ciento son bachilleres, el 9,9 por ciento tiene un técnico o tecnólogo y el 8 por ciento son graduados de la universidad.
El total de homologaciones de títulos profesionales en Colombia es de apenas el 7,1 por ciento. Y las razones para no hacer este proceso tienen que ver con falta de documentación, desconocimiento o falta de dinero.
Aunque en el país existe una percepción generalizada de que un alto porcentaje de migrantes trabaja a través de aplicaciones móviles o páginas web –como las de domicilios–, la encuesta del Dane sostiene que apenas el 1,9 por ciento de ellos se dedica a esas actividades.
as taquillas de Migración Venezuela, ubicadas en la Aduana Principal de San Antonio del Táchira, solo están sellando ingresos de venezolanos desde que se realizó la apertura peatonal por el Puente Internacional Simón Bolívar el pasado 25 de octubre.
Una vez que el venezolano sella su salida de Colombia, puede sellar su ingreso a Venezuela de forma gratuita, según reseñó el diario La Nación.
Si el ciudadano ingresó a Venezuela en los últimos meses por las vías irregulares conocidas como trochas, deberá pagar una multa de medio petro en el Banco de Venezuela. Luego podrá dirigirse a las taquillas venezolanas para que le estampen el sello de entrada.
La Oficina de Migración en la frontera no tiene la autorización para sellar la salida de venezolanos, ni para sellar el ingreso de extranjeros.
En el caso de los ciudadanos colombianos que ingresaron meses atrás y por razones de la pandemia no había podido marcharse del país, podrán sellar su salida de Venezuela sin problema.
Las taquillas de Migración Venezuela están operativas de lunes a domingo, desde las 6:00 am hasta las 8:00 pm.
Aquellos venezolanos que requieren salir del país por razones médicas, y permanecerán en el extranjero por un tiempo considerable, podrán presentar toda la documentación que demuestre que necesita atención sanitaria de urgencia para recibir el sello de salida.
Se espera que en los próximos días Venezuela reactive los demás procesos, pues el puente Simón Bolívar ya suma 15 días desde que se dio el restablecimiento peatonal.
Como parte del programa Conectando Caminos por los Derechos, puesto en marcha por Usaid (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo) en alianza con la Universidad del Norte y otras instituciones, se desarrolla este sábado en Barranquilla una jornada de atención a la población refugiada y migrante venezolana.
La Universidad del Norte es el punto de atención desde las 8:30 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde.
Adicionalmente se prestará servicio de orientación para el manejo del embarazo y ginecología
Allí los asistentes reciben servicios de asistencia legal, atención y prevención de trata de personas, vacunación contra el covid-19, pruebas de VIH, orientación en derechos de mujeres, restablecimiento de contactos familiares, registro biométrico, por parte de Migración Colombia y asesoría para cupos en educación.
“Adicionalmente se prestará servicio de orientación para el manejo del embarazo y ginecología, controles prenatales e higiene facial y peluquería, en medio de una agenda cultural que incluye espacio para niños y con actividades lúdicas y preventivas en xenofobia”, agregó un portavoz de la organización.
“Con la actividad se pretende acercar a los migrantes de Venezuela, colombianos retornados y población receptora de Barranquilla a estos servicios con el objetivo de darles a conocer estas organizaciones y abrir sus posibilidades para que en el futuro puedan acudir a ellas en busca de apoyo”, concluyó.
La Cangrejera es un video que muestra cómo es posible una integración positiva de los migrantes venezolanos: se inspiró en una experiencia real en Colombia.
¿Qué tienen en común, colombianos y migrantes venezolanos? La danza, la música, la comida y la cultura son apenas algunas similitudes entre dos pueblos hermanos, dos que en los últimos años se vieron sorprendidos por la migración: unos dejando su país y otros recibiendo a aquellos que buscan empezar de nuevo. Ninguno estaba preparado y por eso han surgido mitos y prejuicios que terminan causando daño en un proceso de integración que puede ser muy positivo para todas las partes.
La clave, construir desde aquello que nos une. Y eso es justamente lo que está haciendo la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a través del programa de Estabilización Comunitaria (PEC).
La idea es brindar oportunidades tanto a refugiados, migrantes y retornados colombianos, así como a comunidades de acogida, para implementar proyectos productivos viables y sostenibles, al igual que trabajar con ellos para lograr una inserción en el mercado laboral, dos acciones que redundan en beneficios para todos.
Iván Jiménez, jefe del programa de Emergencia y Estabilización, señala que, lo mejor de este programa es que les ha permitido a las comunidades “conocerse y reconocerse para derribar mitos. Hemos podido trabajar de la mano, derribando los imaginarios en torno a la migración. Entendiendo que lo que viene del otro lado no es muy diferente y tenemos mucho más en común que lo que no separa y así empezamos una relación de intercambio, de dar la mano a lo diferente y de compartir”.
Desafortunadamente estas experiencias no son virales como las falsas creencias. ¿Qué hacer? Expertos señalan que la pedagogía y los videos pueden ser una herramienta clave a la hora de integrar al migrante. Por eso estas organizaciones decidieron apostarle a la animación, explicar en un video en qué consiste la integración de los migrantes venezolanos. “La Cangrejera” es el nombre de un video, creado por el artista Édgar Álvarez, que cuenta la historia de una comunidad que hizo de la integración una historia de éxito.
Pero esta no es una historia de cuento. Este video se inspiró en la comunidad de La Cangrejera, ubicada en el corregimiento de La Playa en la ciudad de Barranquilla, en donde se han asentado familias de nacionales venezolanos que se han ido integrando con éxito a la población local. ¿Cómo? Superando las diferencias y trabajando en un objetivo común.
Como lo explica Elisa Sogbi, directora de la Oficina de Respuesta e Integración de la población migrante de USAID: “Es inevitable trasportarme al barrio La Cangrejera de Barranquilla, salón comunitario adornado con figuras de cangrejos, por supuesto, no obstante también con las banderas de Colombia y Venezuela, y con palabras como tolerancia, unión, convivencia y amistad. Cada una de ellas habla de la forma como esta comunidad vive la integración en el día a día, del encuentro entre personas que aun habiendo nacido en diferentes países ahora se reconocen como vecinos y hermanos que trabajan con objetivos usuales”.
¿Cómo funcionará el paso en la frontera colombo venezolana?
De acuerdo con Sogbi, esta experiencia no es única y se repite en muchas otras partes del país . “En USAID estamos convencidos del valor que la migración ofrece a Colombia. Solo sumando esfuerzos podremos generar las oportunidades para que cada persona migrante, retornada y de las comunidades de acogida puedan alcanzar su potencial. Esperamos que esta historia inspire a poner la mirada en aquello que une y lo que se consigue si se trabaja juntos”.
En el mismo sentido habla Ana Eugenia Durán, jefe de Misión de la OIM en Colombia, quien reconoce los esfuerzos del gobierno colombiano con “la implementación de más de 140 medidas adoptadas, incluyendo la más reciente, el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), que permitirá visibilizar y regularizar a refugiados y migrantes facilitando su inclusión”.
De acuerdo con Durán, la integración es un proceso de doble vía; por un lado, requiere de la adaptación de los migrantes y de la sociedad receptora; y por otro, implica la igualdad de derechos, así como de obligaciones. “Para ilustrar cómo se da el proceso de integración, el video la Cangrejera, realizado con el artista Edgar Álvarez, a través de esta historia de una comunidad de cangrejos migrantes recreamos situaciones que pueden experimentar poblaciones de acogida y de ciudadanos venezolanos”.
El video
“Cuando uno explica con plastilina las cosas se suavizan muchos más. Hablar de migración es complejo, pero en este caso abordarlo partiendo de algo que nos puede pasar a cualquiera – porque no sabemos cuándo nos podría tocar migrar- ayuda a acabar con esos juicios que les hacemos a los otros, eso es fundamental”, explica Édgar Álvarez, creador del video que está llegando a todos los públicos, pero que también podría convertirse en un material pedagógico de padres y maestros para hablar de migración con los niños.
Con base en su experiencia en el terreno, Iván Jiménez agrega que, “a pesar de las experiencias no tan positivas que la comunidad migrante ha recibido, hay que reconocer que la mayoría de colombianos tiene la mano tendida, sienten curiosidad por lo que está pasando al otro lado; hace poco celebramos el festival de la arepa, algo simbólico que terminó generando un intercambio interesante y ayudó a ver que los migrantes están muy agradecidos con el país que los ha recibido”.
“Para Colombia trabajar en esa integración genera el reto de entender que el otro es el mismo, que Venezuela y Colombia han vivido una lógica de intercambio, que tenemos retos en generar empleo y oportunidades tanto para el migrante como para quien lo acoge, para aquel que decide abrir los brazos. La sociedad tiene que encontrar en la migración una oportunidad”, concluye Jiménez.
Una abogada que huyó de Venezuela a Colombia en el año 2018 reunió fuerzas para encarar este viaje forzado, y a partir de su experiencia, escribió un texto literario dedicado a los migrantes venezolanos.
Cargada de sueños y de una inmensa melancolía, la abogada venezolana María Milagros Salazar se atrevió a escribir y a cumplir unas de sus metas: la publicación del libro ‘Desesperanza aprendida, migrantes venezolanos’, que actualmente circula en todas las librerías de Colombia y que se suma a los textos dedicados a la diáspora del vecino país.
A lo largo de los 16 capítulos que comprende su obra, Salazar hace una amplia compilación de sus propias vivencias y de todos aquellos factores que influyen en la migración forzada de 5,9 millones de refugiados venezolanos que están desplazados por el mundo, según la ONU.
En vista de la crisis social y humanitaria de Venezuela, María Milagros empezó a preguntarse si debía salir de su tierra. Se cuestionaba por qué tenía que dejar atrás todo aquello que amaba; su casa, trabajo, estabilidad, toda su vida.
Salazar era juez titular en el estado Guárico, en los llanos venezolanos. Allí, según contó al Proyecto Migración Venezuela, empezaron a pasar cosas terribles de inseguridad y se acogió a un nivel de jubilación especial. «Después me vino un poco de persecución”, dice a la vez que remarca que la situación cada vez se hacía más difícil, y así se vio obligada a emigrar.
En el 2018 y en compañía de su tía, a la que también considera como una mamá, y sus dos hijos, salieron de su país emprendiendo un viaje hacia Colombia. Pasaron el puente internacional Simón Bolívar y luego se radicaron en Bogotá.
Anímicamente se vio afectada con su llegada al país de acogida.“Pasé tres meses de depresión y empecé a sentir una desesperanza muy grande. Me la pasaba en la habitación solo esperando qué iba a pasar conmigo y mi familia”, rememora. Pero aquella congoja que invadía su vida tuvo fin un día que aún recuerda con mucha claridad y alegría.
El 8 de febrero de2021, a través de una alocución presidencial, María Milagros se enteró de que podía ejercer en Colombia sin importar si su pasaporte estaba vencido y que podía realizar un proceso para regularizarse. “Abrí una cuenta bancaria y empecé a sentirme en una Colombia que me recibía”, afirma.
Milagros se refiere al Estatuto Temporal de Protección, anunciado por el presidente Iván Duque, un proceso que brinda la oportunidad de regularizar el estatus migratorio a los venezolanos que residen en Colombia para que puedan acceder a bienes, servicios, educación, salud, condiciones laborales y otros, sin ningún tipo de distinción.
Para ese momento, Salazar debía empezar a trabajar su tesis doctoral y, entre muchas ideas que llegaron a su mente, se decidió por escribir sobre la migración venezolana; esa que ella misma estaba viviendo, y así comenzó a delinear el objeto de estudio de Desesperanza aprendida, migrantes venezolanos, enfocado especialmente en la frontera de Norte de Santander.
María Milagros apunta que escribió este libro para ayudar a otros hermanos de su tierra, a partir de su propia experiencia como migrante. Así como ella tuvo que desaprender todo lo que era una realidad en su vida en Venezuela y dejarlo todo atrás en búsqueda de libertad, dice, ahora muchos venezolanos tendrán que hacerlo.
Imagen del lanzamiento virtual del libro – 22 de julio del 2021.
A la pregunta de qué sensación tenía mientras escribía su libro, la autora respondió: “Yo lloraba. Lo que yo sentía también lo sienten millones de migrantes venezolanos, independientemente de la condición económica que hayan tenido. Este es el testimonio de cómo yo me deslindé de esa bonita Venezuela. De la casa, del carro; de tantas cosas que, en su momento, llegaron a afectarme”.
Esta abogada está certificada como máster coach y acaba de recibir su certificación de sus estudios de locución y periodismo. Actualmente se encuentra en México tocando puertas para ver si se le abren aoportunidades laborales. Además está trabajando en la segunda edición de su libro, y espera que esta historia de la resiliencia de los migrantes venezolanos cada día sensibilice y llegue a más personas.
La portada de este libro, de 209 páginas, es el resultado de un trabajo conjunto del talento venezolano y colombiano.
María Milagros se encontraba viviendo en la casa de una pastora que tiene un sobrino pintor, quien le creó la portada del libro.
Así, el artista Andrés Felípe Oalaya, logró plasmar las vivencias que la autora le contó, y que aún guarda en su memoria, de aquel día cuando cruzó la frontera de Venezuela hacia Colombia, junto a su familia.
La autora quería plasmar en la portada el dolor de dejarlo todo atrás. Por esa razón se observa a las personas dando la espalda al lado venezolano del puente internacional Simón Bolívar y con la mirada hacia el lado colombiano.
¿Por qué desesperanza?
La abogada y escritora afirma que, tanto los venezolanos que dejaron su país para vivir en cualquier otro lugar del mundo, como aquellos que permanecen en él, han sentido la desesperanza.
Todos, de alguna u otra manera, han perdido su familia, trabajo, costumbres y cosas materiales. La historia de María Milagros Salazar es un ejemplo de que se puede salir del estado de tristeza profunda para ver hacia el futuro.
Con una asistencia masiva de feligreses de las dos nacionalidades a la Catedral Metropolitana María Reina, se dio inicio a la cuarta festividad del evento religioso La Chinita en Barranquilla.
Un ambiente de integración y de hermandad entre colombianos y migrantes venezolanos se vivió hace unos días en la Catedral Metropolitana María Reina, de la capital del Atlántico, con el inicio de la cuarta Festividad de La Chinita en Barranquilla, y en vísperas del Día de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, patrona del estado Zulia (Venezuela), el próximo 18 de noviembre.
La llegada de los migrantes venezolanos a Colombia también ha venido acompañada de tradiciones de fe. Por ello, esta celebración religiosa promueve el amor y la devoción a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, también patrona y reina de Colombia.
Desde hace tres años, los periodistas Miguel Ángel González y Darcy Virginia Fernández lideran la organización de este evento mariano en Barranquilla. Cada año se han ido sumando más fieles y voluntarios a esta fiesta religiosa y cultural.
Durante la misa, realizada el pasado fin de semana, el padre Dagoberto Rhenals se refirió a la importancia de que los migrantes venezolanos y colombianos se unieran en torno a la fe. «El Señor es uno solo. No hay ningún otro Dios para ti. El Señor es nuestro Dios. Volvamos a ese fundamento en la familia. Ojalá el mundo entero y nuestras naciones como Colombia, Venezuela y toda Latinoamérica crezcan sobre el fundamento de la fe”, manifestó.
Esta fue una fiesta intercultural con devotos de la Patrona del Zulia de Venezuela y Colombia. Al ritmo de la gaita zuliana, con oración, añoranza, bendiciones y un sin fin de emociones, se dio inicio a la actividad. Fotos: Miguel Ángel González
Una réplica de la Patrona del estado Zulia fue ingresada a la Catedral de Barranquilla, mientras un grupo de gaita zuliana integrado por migrantes venezolanos, y dirigido por el músico Yorman Morales ofrecía un recital a los asistentes.
El migrante Ronald Clavero hizo el arreglo floral para la Virgen, acompañado del Servidor de María, Wintyn Araujo.
“Nos sentimos acogidos en la Iglesia. El padre Rhenals ya por cuarta vez nos permite tener esta eucaristía, tocar gaita zuliana y compartir con los colombianos. Es una oportunidad de celebrar nuestras tradiciones, cultura y fe. La festividad es un acto de devoción y amor. Es honrar a nuestra Madre María del Rosario de Chiquinquirá “La Chinita” en la ciudad de Barranquilla”, dijo emocionada Darcy Fernández, al final de la misa.
Programación religiosa en Barranquilla:
-Domingo 07 de noviembre: Eucaristía Parroquia Espíritu Santo, a las 12:00 pm.
-Domingo 14 de noviembre: Misa y Domingo Familiar, Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, a las 10:00 am.
-Jueves 18 de noviembre: Misa Solemne en honor a La Chinita, Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, a las 6:30 pm.
Bajada de la Virgen en Bogotá
El pasado 1 de noviembre se realizó en Bogotá la Segunda Bajada de La Chinita, en la Parroquia Chiquinquirá, de Chapinero. El evento estuvo organizado por el grupo Chiquinquireños en Colombia, junto con el párroco Fray Jorge Isrrael, quien motiva a los migrantes y a la población nacional a no perder la fe y devoción a María Santísima, a pesar de las adversidades.
La imagen sagrada de la Virgen La Chinita descendió por el tobogán para reencontrarse con sus feligreses en Bogotá. Participaron como invitados especiales integrantes de la Orquesta y Coro de Fundimusicol.
Cuatro de cada diez venezolanos que migraron a Colombia, Ecuador y Perú están desempleados y solo un 10% quiere regresar a su país. Así lo determinó la reciente Encuesta Regional a Población Migrante Venezolana realizada por el Centro para el Desarrollo Económico.
Más de 200 migrantes venezolanos permanecen en Necoclí, Colombia. En su camino hacia EE. UU., solicitan un corredor humanitario que los ayude a avanzar a través de Panamá, mientras sigue creciendo el flujo migratorio en ese municipio fronterizo colombiano, como reporta Jair Díaz desde Bogotá.
La migración venezolana se convirtió en uno de los temas que más controversia provoca en la conversación sobre cómo está la sociedad en Colombia. El éxodo desde su tierra por motivos sociales, económicos y laborales hizo que familias con hijos pequeños terminaran pidiendo limosnas en esquinas y semáforos en Colombia.
Alejandra Botero Barco, directora del Departamento Nacional de Planeación (DNP), dio a conocer a este medio más detalles sobre el Estatuto Temporal de Planeación (ETP), “una de las políticas emblemáticas del presidente Iván Duque para incorporar socioeconómica y organizadamente a la población venezolana”.
El ETP es un mecanismo complementario al régimen de protección internacional de refugiados, que busca establecer estrategias o soluciones para el 56% de los venezolanos que se encuentran en Colombia, quienes están en condición irregular, entendiendo que sus penurias también afectan el desarrollo del país.
El documento protege a los migrantes que han huido de Venezuela, quienes tendrán un plazo de 10 años para adquirir una visa de residentes. “Esta medida busca estimular el tránsito al régimen migratorio ordinario y disminuir las cifras de migración irregular actuales y futuras”, indicó el Gobierno.
“No se quiere que el ETP se quede en un documento plástico, sino que se convierta en la herramienta más importante para fomentar el emprendimiento y convertirse en motor de desarrollo sustentable”, señaló Botero, quien vivió por ocho años en Caracas (Venezuela), y fundó una entidad que apoyaba organizaciones sociales y emprendedoras.1.7millones de migrantes venezolanos viven en Colombia, según censos oficiales.Visibilización
La directora del DNP considera que el ETP caracteriza y visibiliza a la población, ya que el primer peldaño es el registro único de migrantes, donde a través de una encuesta se recoge información sobre sus registros biométricos, sus estudios y sus competencias laborales. “Luego nos toca a nosotros garantizar un verdadero acceso al empleo, al sistema de salud, a los programas sociales y a la educación de sus hijos”, precisó Botero.El DNP trabaja con los departamentos y municipios que tienen la mayor afluencia de población venezolana para masificar la entrega del ETP.
“En paralelo estamos trabajando con Minsalud, Mineducación, Icbf y todas las entidades que tienen que ver con el tema, para optimizar el proceso y asignar presupuesto”, acotó la directora del Departamento Nacional de Planeación.
Del dicho al hecho hay mucho trecho. Esta incorporación social requiere un esfuerzo mancomunado del Gobierno”
Alejandra Botero Barco, directora del DNP. Precisiones El estatuto es una medida humanitaria y apolítica que beneficiará a más de 1,7 millones de personas que salieron de Venezuela, de las cuales el 56% está en situación irregular. El ETPV no es un proceso de regularización automática, es necesario seguir unos pasos y cumplir con los requerimientos del Gobierno. “Es un ejemplo de solidaridad importante. Si funciona será uno de los mejores legados del presidente Duque”, señaló la directora del DNP.