Migrantes venezolanas entre las trabas de un sistema y la solidaridad para parir en Colombia (I)
Con información de Efecto Cocuyo
Las futuras madres, migrantes venezolanas en Colombia, se encuentran la mayoría de las veces con obstáculos burocráticos y un sistema de salud que solo las atiende en elparto. En medio de este panorama, existen opciones de asistencia, la mayoría promovidas por organizaciones e instituciones no gubernamentales.
“Cuando supe que estaba embarazada lo único que hice fue llorar. A mis 40 años, luego de cuatro años duros en Colombia, en los que hasta había dormido en la calle, sencillamente no sabía qué hacer”, narra Luz Pacheco, desde La Parada, cerca de la frontera colombo-venezolana, en el séptimo mes de su segundo embarazo en más de dos décadas.
“Ni cédula tenía porque me la habían robado. Pensé en regresarme y parir en Venezuela, pero mis familiares me dijeron que me quedara aquí que allá eso estaba horrible”, agrega y su semblante revive la angustia de esos primeros días.
Así como para Pacheco, para otras futuras madres venezolanas, Colombia se ha convertido en el lugar para dar a luz una vez que huyen de la crisis económica y sanitaria del país. El Ministerio de Salud colombiano ya había determinado en 2020 que la atención a embarazadas venezolanas ocupaba la quinta parte de las más de 8 millones de asistencia para la población migrante en los últimos cuatro años.
El Observatorio Nacional de Migración y Saludreportó que entre 2017 y agosto de 2021 entre principales causas de consulta de urgencia están la asistencia materna, trastornos con el embarazo y complicaciones con el parto.
Precisamente, los servicios de emergencia son los que tienen garantizados los migrantes sin documentación y así reza la Ley 1751 de 2015 del Ministerio de Salud, aunque la Corte Constitucional ha extendido el rango de esta atención y dictaminó en la sentencia SU-677de 2017 que «los extranjeros con permanencia irregular en el territorio nacional tienen derecho a recibir atención básica y de urgencias».
Sin embargo, en la práctica, expertos y organizaciones consultadas concuerdan que esto no se aplica en la mayoría de los casos. La protección queda principalmente en las manos de la sociedad civil e incluso, algunos activistas han recurrido de nuevo al sistema judicial para pedir protección.
“Aquí las personas sean del lugar que sean tienen acceso a salud de emergencia, ahora viene la pregunta, ¿qué es salud de emergencia? ¿El cuidado prenatal es de emergencia? Para el sistema no, aunque algunas mujeres por presentar riesgo pudieran recibir algún control”, explica Andrés Segura, consultor independiente sobre asuntos públicos y migración y quien fuese asesor de la Gerencia de Fronteras.
La definición de qué es una urgencia y cuándo puede presentarse preocupa no solo al especialista sino a las organizaciones de mujeres. Desde Barraquilla, Zuneika González, directora de Mujeres sin fronteras colombo-venezolanas, alerta sobre esta situación que deja vulnerables a las embarazadas migrantes. “No hay ese acompañamiento médico para mujeres y eso es algo que le hemos hecho saber a la Secretaría de Salud porque si una de ellas llega a dar a luz no saben con qué complicación puede venir y eso se pudo haber prevenido con control”, indica.
Las limitaciones en la infraestructura del sistema de salud, sin embargo, representan un desafío y al respecto, Selene Soto, abogada de la organización Women Link Worldwide, destaca que esta es una de las causas que ha dificultado la aplicación de precedentes como los de la Corte a lo que se suma los prejuicios contra la nacionalidad.
“Hemos identificado que hay esta idea de que ‘las mujeres venezolanas vienen a saturar el sistema de salud’ cuando en realidad son mujeres que están buscando su supervivencia”, expone.
La desinformación también juega un papel relevante en las embarazadas y muchas desconocen cómo pueden ponerse en control y qué les cubre la asistencia médica. “Lo que sucede es que no hay una política sólida para garantizar el acceso a información de manera activa para estas mujeres”, recalca Soto.
González, desde la capital del departamento del Atlántico, coincide. “La duda de toda mujer embarazada es: ‘¿a dónde voy?’, ‘¿dónde me atienden?’ El sistema de salud de Venezuela es muy distinto al colombiano y sobre todo en atención prenatal. A veces le mandan a hacer ecografías que no cubre el acuerdo o el sistema de salud y eso no lo se lo dijeron antes”, critica.
El Ministerio de Salud en 2019 había advertido sobre los obstáculos para las migrantes y en su Plan de respuesta del sector salud al fenómeno migratorio calificó como “eventos o condiciones prioritarias” en las mujeres venezolanas “la discriminación asociada a la gestación, acceso a servicios de atención, incluso para la interrupción del embarazo; licencias de maternidad y atención obstétrica asequible”. También ubicó como grupo priorizado para la prestación de servicios a “mujeres gestantes y lactantes (incluyendo casos de morbilidad materna extrema)”.
A propósito, se intentó obtener una respuesta de esta institución para conocer las acciones que adelantan y aunque recibió las preguntas, al momento de la publicación de este reportaje no había contestado.
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