El «sueño americano» se convierte en una aspiración frustrada para los venezolanos que intentan ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
El «sueño americano», que motiva a miles de venezolanos a atravesar la peligrosa selva del Darién y cruzar las fuertes corrientes del río Bravo, se tornará en una aspiración truncada para aquellos que decidan ingresar ilegalmente a Estados Unidos. Los migrantes venezolanos que ingresen de manera irregular al territorio estadounidense se verán en una situación precaria, sin la posibilidad de acceder a un programa migratorio legal y a la espera de una orden de deportación, según advierte Luis Miranda, subsecretario adjunto principal de Comunicaciones del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. (DHS).
«Estados Unidos nunca ha mantenido sus fronteras abiertas a la migración ilegal. La migración irregular, de acuerdo con nuestras leyes, conlleva la deportación, la prohibición de regresar al país durante cinco años e incluso puede resultar en cargos criminales», explica el funcionario.
La migración venezolana en EE. UU. ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años. Desde octubre de 2021 hasta noviembre de 2023, 660,138 compatriotas han ingresado a la nación estadounidense a través de la frontera compartida con México, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
La desinformación, las falsedades y los rumores han llevado a cientos de venezolanos a elegir los «caminos verdes» para llegar a suelo estadounidense, a pesar de los riesgos de robos, secuestros y violaciones por parte de grupos criminales que han convertido la migración ilegal en un lucrativo negocio.
«Las personas que cruzan ilegalmente, incluso si son liberadas temporalmente, enfrentan una situación provisional. Están a la espera de un juicio ante una Corte Migratoria, pero no tienen permiso de trabajo, no obtienen residencia ni autorización para quedarse. Se someten a un procedimiento legal», aclara Miranda.